Con cerca de 20 minutos de retraso comenzó el espectáculo sobre el ruedo de una plaza cuyo aforo tardaría en completarse. El maestro Gran Gyoming salió con toda la fuerza y garra que le caracteriza para presentar a los protagonistas de la noche en la que brilló por su ausencia la lluvia, afortunadamente tras un día verdaderamente plomizo.
Sobre el escenario, aparecieron entonces Ramón Arroyo, Santi Fernández, Juanjo Ramos, Jesús Redondo y Álvaro Urquijo quienes deleitaron a toda la generación ochentera que allí se congregaba con sus éxitos de ayer y hoy y que dedicaron por completo a Enrique Urquijo. Especialmente, con mucho sentimiento, el primer tema, 'Te he echado de menos'.
El cabecilla de la formación, cada vez con menos pelo y más largo, desveló que su intención había sido prepararse un guión. Y a fe que se echó algo en falta. Unas pantallas, que se desaprovecharon a lo largo de la función. Pocas anécdotas, a pesar de los 30 años sobre la carretera. Los temas, interpretados casi pensando ya en un futuro DVD; pista a pista y casi sin introducciones a los mismos. Los artistas invitados, 'salpicados', en vez de haberlos 'concentrado' y ordenado con sentido. Eso sin obviar la estupefacción que se creó en el tendido al ver aparecer a Conchita... no os digo ya lo que fue intentar escuchar sus susurros afónicos a un micrófono que no dejaba de soltar por timidez. Creo que David Summers podía haber acompañado perfectamente a la incipiente artista y habíamos 'matao dos pájaros de un tiro'. ¿Quién habrá sido su padrino?
Menos mal que Joaquín Sabina, Manolo García y Fito despertaron al coso con su excepcional buen hacer música. El primero además con humor madrileño al liarse su chaqueta con la guitarra de Urquijo; el barcelonés García, poniendo la nota de color y alegría que requería 'Volver a ser un niño'; y, por último, Cabrales que mantuvo a Raya con Carlos las guitarras de Los Secretos, que cerraron el concierto tras dos bises y una promesa: "Éste el primer concierto, del año uno, de los próximos 30 años", dijeron. Continúan pues por la calle del olvido Los Secretos.
¡Muchas Felicidades y a seguir teniendo tan buen sonido como el de anoche! Espectacular. Especial mención para la banda de violines, violas y cellos que aportaron su virtuosidad para embellecer grandes clásicos como 'Ojos de Gata' o 'No digas que no'.
Tal y como les dijo Miguel Ríos, presente también en la conmemoración: 'la música es para toda la vida'. Que así sea. Así sí. Larga vida a la Plaza de la Música de las Ventas.
2 comentarios:
Pues es una lástima que no saliera todo redondo.
Aún así, menuda gozada de concierto.
Lo mejor de la música nacional (más Conchita) reunidos para una gran fiesta.
Un saludín
Tendrán mucha solera, pero me pasa con ellos lo mismo que a "algun@s" con Maná. Parece que les dejen todas las novias que tienen y se inspiren en ello para hacer música para un hacer el disco, y para el otro también, y lo mismo con el siguiente... y así eternamente!
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