Toda una exhibición de poderío, de derroche y exhuberancia representada, como en la imagen anterior, por el Casino de la ciudad en la que no es raro ver en cartel actuaciones de grupos como U2 o la cantante de la tierra, Celine Dion, por supuesto.
Lo cierto es que he de reconocer el magnífico trato que nos dispensaron desde el minuto 1. En algo se tenía que notar ese pase VIP del club Prestige al que nos habían invitado. Sin aglomeraciones y sin caminatas bajo un sol de justicia, en barquita vamos, llegamos a la carpa desde donde asistiríamos al espectáculo de la F1 y a la exhibición aérea previa a la carrera.
Aunque era mi primera vez en la F1, había podido disfrutar con anterioridad de otro tipo de carreras como, por ejemplo, el campeonato de Camiones (otro show espectacular) en el Circuito del Jarama. Sin embargo, ni de lejos se asemeja al sonido de reactor que se produce en cada aceleración de un vehículo de F1.
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