Mtv Day 2007

Aunque no tuve la suerte de estar en Las Ventas a tiempo para ver a todos los convocados, el pasado jueves disfruté de parte del ya clásico MTV DAY, eso sí, pasado por agua, cosas de la primavera ¿o del cambio climático? Lo cierto es que en los últimos dos años, los chicos del canal de música no han tenido mucha suerte en la elección del día del evento. Aún recuerdo mojarme en 2006 mientras el líder de Keane escuchaba a coro el 'A por ellos' del público dirigidos a los goterones que nos empaparon. "Allí me colé y en tu fiesta me planté”, le cantaban a Guillem Caballé el otro día “mientras conseguía hacerme un hueco entre el graderío...

 

 

Sobre el escenario, los madrileños La Quinta Estación, que a pesar del fresquito me hicieron entrar en calor. Natalia transmitía una intensa ilusión por su debut en la Plaza y yo me estrené bailando su repertorio. Tomó el relevo Mikel Erentxun, que acabó cantando bajo la lluvia. Una lluvia intensa e incesante que probaron hasta mis posaderas y me hicieron revivir la experiencia del pasado año. El vasco que luchó contra viento y marea, la marea de gente que abandonaba el ruedo, interpretó temas nada ad hoc como “Arde Madrid” cuando más caía, aunque con un entusiasmo digno de admiración dadas las circunstancias, se pudo quedar electrocutado.

 

 

El H2O bajó de intensidad y por fin comencé a vislumbrar la luz. Se trataba de la radiante Natasha Bedingfield, que sabe del poder de su tema “Unwritten” y lo aprovechó para meterse a Madrid en el bolsillo. Yo habría escogido otro lugar... El Sueño de Morfeo mejoró la puesta en escena de sus comienzos llenando algo más el escenario con idas y venidas por el mismo de su cantante Raquel del Rosario, quien en la escenificación de una de sus interpretaciones sonora provocó el susto en el público cuando le ayudaron a retirarse cual alma del silencio a la que le da un síncope y se queda sin voz.

 

 

El trío y sus acompañantes músicos consiguieron mantener el ambiente a buen nivel, hasta que llegó Melendi acompañado de una voz homóloga masculina que nos hacía pensar que nos habíamos equivocado de concierto, pues parecían estar ante nosotros los mismísimos Estopa. Al final ni la lluvia ni las esperas entre concierto y concierto consiguieron estropear el momento. Y es que no hay quien pueda con los madrileños cuando tenemos ganas de fiesta.