Me imagino que recordáis el anuncio aquel de las barritas de chocolate en el queel protagonista convertía el momento de comerse el producto en cuestión en un completo y barato tratamiento contra el estrés mientras en su oficina seguía el ritmo de trabajo trepidante.
Pues bien, aunque parezca que trato de promocionar de nuevo aquellas barritas, nada más lejos de la realidad. Lo que pretendo es animaros a visitar, si no lo habéis hecho ya, uno de esos balnearios urbanos en los que por una cantidad razonable puedes desconectar totalmente de las preocupaciones y de las prisas, y concentrarte por una vez en algo tan sencillo como relajarte y disfrutar de unos circuitos termales que son a la vez agradables y sanos.
Reconozco que no lo había probado hasta ahora, pero después de esta primera vez sé que volveré, eso sí, añadiendo un complemento: chocolate con churros calentito después de la sesión ¿no os parece buena combinación?
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