domingo, 21 de octubre de 2007

A mi gran amigo Juan...

Jodido, muy jodido. No consigo aceptar la realidad, asimilar lo que ha ocurrido hace tan sólo unas horas.

 

La muerte le sobrevino a Juan Antonio Cebrián, tu amigo,...

 

Mi amigo.

 

Quizá ella también te quería tener de amigo Juan y que le narraras tus Pasajes de la Historia.

 

Que sepas que estoy abatido, desolado, destrozado ante la muerte de la persona más inteligente y capaz que jamás haya conocido. Qué injusta es la vida, cuánto tópico maldito.

 

Soy un egoísta. Tan sólo he tenido la oportunidad de disfrutar de tu amistad durante cuatro años. Amable, afable, cariñoso, dulce, cercano. Tenías una sensibilidad especial para detectar estados de ánimo. Sabías y conocías a la percepción cómo me encontraba con que sólo pronunciara un simple ‘hola, ¿qué tal?’.

 

Nunca dejabas de sorprenderme Amenofis IV. Desde el mismo instante en que me incorporé a La Rosa de los Vientos descubrí tu impresionante capacidad retentiva, asociativa, de análisis, crítica y comunicadora que no tiene igual en todo el Planeta Tierra al que tanto tú amas y cuidas, y cuya Historia conoces tan bien que te permite emitir juicios fundamentados sobre nuestro futuro como especie humana sobre él.

 

Cada programa tuyo era una clase magistral de valores universales, de humanidad, de sensatez y postura crítica ante la vida. Y es deber y tarea de todos nosotros tomar nota y repasarlos una y otra vez hasta la extenuación, aprehender los conocimientos y transmitirlos a nuestro entorno. Porque, como decías, el mundo sería mucho mejor si tratásemos de conseguir una cadena en la que cada uno personalmente mirara por el bien de nuestro vecino y así sucesivamente. Tú miraste por el nuestro y por eso acudías cada madrugada a sentarte frente al micrófono contento y feliz como una lombriz.

 

La profesión radiofónica que trato de ejercer hoy te la debo a ti. En más de una ocasión te lo he dicho. Mi deuda es tan grande como mi frustración por tratar de alcanzar tu experiencia vital. Juan Antonio eres único y lo serás por siempre. Cuánto tópico maldito.

 

Lástima que tus libros no los puede tener la muerte. ¡¡Yo sí y firmados!! ¿Recuerdas cómo nos reíamos cuando decías aquello de que una primera edición de cualquier libro tuyo firmada se cotizaría al alza? A fé que así será.

 

Muchas gracias Juan. Has trabajado mucho y muy duro para dejarnos el mejor programa de la radio española que jamás se haya hecho y tu legado está con nosotros para que disfrutemos aprendiendo y lo transmitamos. Así haremos.

 

Ahora más que nunca...

Fuerza y Honor.

 

No hay comentarios: